MEDIATECA

Las dificultades de accesibilidad de los centros, el elevado ratio de alumnado por clase, la falta de personal especializado y de productos de apoyo son las principales necesidades del colectivo para una educación inclusiva.

Valencia, 21 de mayo de 2018.- Tras ponerse en marcha de los trabajos para la elaboración del Plan de Educación Inclusiva 2018-2020, la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) espera que asegure la igualdad de oportunidades, puesto que aún existen muchas necesidades que abordar para que la educación sea realmente inclusiva.

“Este plan contribuirá a crear un entorno educativo más inclusivo y con más y mejores medios para el desarrollo exitoso de los fines educativos y en este sentido deseamos que esté orientado, también, a salvar las dificultades que afectan con especial incidencia a las mujeres con discapacidad, por razón de género”, explica Juan García Olmo, responsable de Formación y Empleo de COCEMFE.

COCEMFE es un firme defensor de la garantía de los derechos educativos y de asegurar la igualdad de oportunidades, por lo que, a juicio de García Olmo “deben ponerse a disposición de los/as profesionales de la educación los medios suficientes, y la información y formación necesaria para asegurar el éxito y la continuidad en el sistema educativo, ya que con ello se contribuye al desarrollo personal y profesional de la persona y la convierte en miembro de la ciudadanía de pleno derecho”.

Falta de accesibilidad, de personal y de productos de apoyo, principales necesidades

Entre las barreras a las que tiene que hacer frente este grupo social se encuentran las dificultades de accesibilidad a/y de los centros, el elevado ratio de alumnado por clase, la falta de profesorado de apoyo y otros profesionales relevantes en la atención a este alumnado,  la falta de productos de apoyo y ayudas técnicas, la insuficiente implantación e investigación de las TIC como elemento inclusivo, la vulnerabilidad económica de muchas familias en el ámbito económico asociado a los costes de la discapacidad, y otros factores asociados al entorno escolar.

Como consecuencia de esto, hay mayores tasas de abandono y fracaso escolar que las de la población sin discapacidad, problemas en la socialización del alumnado y casos de ‘bullying’, así como dificultades en la participación de actividades que se realizan fuera del centro por no contar con medios suficientes para ser realmente inclusivas.